En las lecturas de esta semana, las higueras se queman y el nombre de Dios es revelado, se nos advierte de ángeles destruyentes que se van contra quienes se quejan, los árboles son advertidos por no producir frutos, pero te dan una oportunidad más. Esto es, en verdad, una rara combinación de mensajes. Me gusta ver a los verbos que Dios usa a la higuera ardiente que envía a Moisés. "He sido testigo" y "he escuchado," (refiriéndose a la esclavitud de Israel), después: "he venido," "ha guiarlos a salirse." Éstas son las promesas eternas que confiamos en Dios. Confiamos que Dios ha visto nuestros casos y que comprende nuestro estado de pecado. Confiamos que Dios nos escucha cuando llamamos, hasta con los medios-corazones, y confiamos que haremos de nuestro desorden algo mejor. Por eso tenemos la fuerza para vencer al pasado. La Cuaresma se trata de esperar la Pascua– hacia el MAÑANA. Mañana ya no repetiremos los mismos errores que ayer. ¡Entonces, sigan adelante como Cristianos!
jueves, 4 de marzo de 2010
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