sábado, 22 de noviembre de 2008

23 de noviembre - Cristo Rey

Las lecturas del día de hoy se enfocan en el futuro– con el profeta Ezequiel, en la primer lectura, poéticamente describiendo el final y el último “pastoreo” de Dios a sus ovejas cansadas y fatigadas, ya cuando lleguen a estar irritadas con el pastoreo pobre que ellas han tenido que soportar por siglos, mejor dicho milenios. Luego, la carta de San Pablo a la iglesia corintia es una meditación al “final del tiempo” del trabajo cosmético de Cristo sobre “colectando” todo lo que es y lo ha sido en Sus manos, y luego, al final, presentándolo TODO al Padre, cuando todos estemos liberados y completos. El Evangelio asegura al lector de los premios eternos en el juicio final, la “última cuenta”- aunque sea una bolsa mezclada. ¿Por qué? Bueno, cualquiera que tenga una mente y lea el pasaje de este Evangelio, lo lee con inquietud. Vean más de cerca: todos que, aparentemente, pensaron tener “la salvación” sólo por conocer al Señor, no la tienen. ¡Y todos quienes no nunca han conocido al Señor, la tienen! Como digo, esto está confuso. A lo mejor es mejor leerla como si fuera la historia de todos nosotros-ninguno de nosotros es perfecto– todos nosotros le hemos dado de comer a ciertas personas, e ignorado algunas otras– hemos cuidado a algunas personas, y no nos ha importado otras. Así es la vida. Quizá el punto sea de seguir adelante cuando se sienta más difícil. En el momento, nuestra economía está tan inestable que el “cuidarnos a nosotros mismos” solos sería un esfuerzo herculino, entonces podremos leer las lecciones del día de hoy, como un “ruego” cósmico desde los labios de Cristo que nos dice que tratemos más duro con el débil. Si el mundo está duro para nosotros– con todos los recursos que tenemos a nuestra disposición- ¡Será más difícil por los que tienen menos! Entonces… dejemos que esa vieja “Culpa Católica” (que es simplemente una Consciencia Mayor) nos tome, nuevamente, y que nuestras vidas sean bendiciones de la Bondad en nuestro mundo. Que Dios los bendiga.

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