domingo, 8 de febrero de 2009

1 de febrero - Cuarto domingo ordinario

A primera vista, parece que las lecturas no tienen nada en relación, pero pienso que lo que se relacionan en la idea de "la Promesa y el Cumplimento." La promesa antigua de Dios a un "profeta como Moisés" de acompañar a su pueblo en tiempos difíciles (dado en la primera lectura) está "cumplida" en la lectura del Evangelio, donde ni siquiera los espíritus impuros pueden reconocer "al Único Santo de Dios." Es importante de recordar que Moisés había recibido su comisión porque el pueblo tenía "miedo" de ir hacia el Monte de Sinaí, ellos mismos. Y muchas veces es el "miedo" que nos impide encontrar la paz de Dios—miedo de que no seremos tan buenos, o tan inteligentes, o lo suficiente devotos. El punto del Evangelio es que el Poder de Dios, que trabaja a través de Cristo, puede quitar ese temor. Su Cristo puede quitar ese miedo que nos podría separar de Dios y de nosotros mismos. Entonces, ¿Qué es lo que te detiene y ser mejor que los demás? ¿Qué es lo que te da miedo que ahora no tienes? Recemos para que confiemos en Dios, quien nos da todo lo que necesitamos y echemos el miedo.

No hay comentarios: