Adecuadamente, las lecturas de este domingo son “lecturas fúnebres.” Estamos conmemorando a nuestros difuntos. La primera lectura nos asegura que quienes han muerto trágicamente, jóvenes, antes de que pudieran vivir sus vidas (especialmente aquellos que fueron apagados por hacer el bien,) están en el cuidado eterno de Dios, un “futuro” que los tomará parte de las Más Grandes Responsabilidades de las “naciones que juzgan.” ¿Por qué? Porque han aprendido de la manera más dura sobre el sinsentido de la violencia y de la venganza, y porque Su Gracia y su Misericordia están con ellos, son asesorados de una manera más profunda sobre la caridad. En la primera opción para la segunda lectura, San Pablo nos recuerda que el “amor de Dios ha sido derramado a nuestros corazones,” ese mismo Amor que el Canto de Cantos nos asegura es “más fuerte que la muerte.” La segunda opción, para le segunda lectura, representa “la vista cósmica” del bautismo, donde podría empezar en una pequeña pila bautismal, pero en realidad, es el comienzo de un camino eterno que nos llevará a la “Gloria del Padre”— el comienzo, entones, hacia una un viaje eterno hacia el Corazón de Dios. Y, en la lectura del Evangelio, Jesús nos asegura, por todo lo sagrado y lo bueno, que la voluntad del Aquel que Lo ha enviado es que nunca perderé nada de que le fue dado…. Y en 1 Corintios 15, que será leído en pocas semanas para la Festividad de Cristo Rey, se nos ha dicho que para el final de los tiempos, TODO se le será dado, y toda la creación será puesta bajo SUS pies para que la presente al Padre. Éstas son lecturas optimistas y de esperanza ante el dominio de la muerte., y somos llamados para tenerle confianza a Dios Quien nos dio la vida– un Dios que merece ser confiado en toda
generación.
viernes, 31 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
Reflexión, Domingo 19 de octubre de 2008
Hay docenas de opiniones sobre lo que significa el Evangelio del día de hoy. Sin profundizar mucho en el debate, podríamos simplemente decir que cuando Jesús menciona a César y a Dios en la misma oración, parece que Él se está dirigiendo al “poder.” Isaías también se está dirigiendo al “poder” en su oráculo que compone la primera lectura, Isaías ve que este “dictador Gentil, pagano y extranjero,” no es más que un “peón” en las manos de Dios. Él tiene “poder” (él fue el primer “emperador mundial” en la parte oriental de aquellos tiempos), pero DIOS lo puso donde Él quiso para realizar los mandatos de Dios– en este caso, reconstruir el estado de Judá y la ciudad de Jerusalén. Cristo reconoce un poder en César, pero Él, también, lo veo inferior al Poder Real de Dios. San Pablo hablo sobre “el poder del Espíritu Santo” el cual tocó a la Iglesia Tesalonicense. Así que la pregunta es, cuando nos sentimos débiles y sin poder, inferiores y degradados, ¿cómo encontramos la fuerza? ¿Dónde vamos para el poder? ¿Nos vamos de compras? ¿Manipulamos a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros maestros, a nuestros líderes, a nuestra gente? ¿Qué es lo que hacemos? Las lecturas nos invitan ver esto más profundamente, más interior, y más conectados a Dios, la Fuente de Todo el Poder. Que ustedes sean poderosos esta semana en el sentido que estén conectados profundamente en el Bien. Que Dios los bendiga.
sábado, 11 de octubre de 2008
Relexión, domingo 12de octubre de 2008
La semana pasada empezamos con las parábolas difíciles de Mateo, esta semana presenta a un Dios irritable, malhumorado y furioso,” quien nos sobrepasa, si es posible, en la venganza. No sólo no perdona a quienes mataron a sus servidores (algo que Cristo hará en la Cruz), despide a todos quienes no están preparados para el banquete– aquellos quienes no están vestidos según la prenda de matrimonio, después de que hayan sido llevados al Cielo, ¡saben dónde comer! ¡Los Cristianos han disfrutado en usar esta parábola como el “desplazamiento de los Judíos por los Cristianos, y la prenda matrimonial representa al bautismo!” Pero para mí ésta es una interpretación espiritual muy perezosa. Necesitamos que ver a esta parábola como una respuesta a la visión de Isaías hacia el futuro, la cual es la recompensa de Dios para toda la tierra, y las lágrimas antiguas de coraje son curadas al cuidarnos los unos a los otros, y luego, hasta la muerte– el último enemigo humano– será vencido. La pregunta que ahora sale de esta parábola es: ¿Cómo debemos vivir según las palabras positivas y de esperanza de Isaías? ¿Serán éstas posibles? ¡Esta parábola del evangelio trata sobre la realidad! Le da un ánimo al proyecto de Isaías y crisitano. ¿Será posible vencer al odio y amar al enemigo profundamente mientras que éste no se vence? San Pablo nos recuerda que en Dios siempre hay ABUNDANCIA– sea lo que sea que necesitamos, Él nos alimentará. Entonces, tómenlo con sus corazones. La posibilidad de vencer la violencia está en nosotros.
viernes, 3 de octubre de 2008
Relexión, domingo 5 de octubre de 2008
EL Evangelio del día de hoy tiene una de las parábolas más extrañas de todas las parábolas: el “dueño” de una viña deja su propiedad, se la renta a inquilinos, pero no se queda para poner atención en lo que hacen; y después de que los que él había enviado se apropian de la cosecha, él manda a su hijo, quien también fue matado por eso matones voraces. Ahora la pregunta, ¿qué es lo que piensan que el “dueño hará?” ¡Y la única respuesta inteligente sería, “NADA!” ¡No ha hecho nada aún! No enseña que le preocupa la vida diaria, o cualquier número de muertes; ¿por qué pensamos que su reacción esta vez será diferente, sólo porque es su hijo? ¡Para empezar, no le ha de haber preocupado su hijo! Y ésta es la clave imperativa– sólo había un emperador de Judea que no amaba a sus hijos, y a muchos de ellos los asesinó, por temor de que estaban planeando en remplazarlo, quien pasaba el mismo tiempo afuera como adentro del país, mientras llegaba a ser el César. Ese era el Rey Herodes, el Herodes que reinaba cuando Jesús nació. Aquí, Cristo simplemente está viendo a la historia, y nos pido que aprendamos de ella. ¿Y qué es lo que aprendemos? La violencia engendra violencia– no tiene fin. ¡A Herodes lo seguían procuradores como Pilato! El dolo sólo ha crecido a través de la rebelión. San Pablo nos pide a que seamos pacientes para que el Dios de la paz esté con nosotros, es de esta manera que podemos “evitar las espinas,” y la ruina, como lo enseña la visión de Isaías. ¿Podríamos estar en paz el día de hoy? Que Dios los bendiga.
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